AUDIO ENSAYO:
Se dice que una
persona, así como un hogar, sufre de la indigencia o se encuentra en un estado de
indigente, cuando sus ingresos mínimos mensuales son destinados a la compra de
alimentos, y estos mismos no satisfacen sus necesidades básicas alimentarias,
obligando al individuo o al grupo de individuos, muchas veces a pasar hambre y a sufrir de diversas enfermedades graves como la desnutrición, ya sea global o
crónica.
Generalmente,
un indigente carece de hogar, servicios sanitarios básicos, alimentos
necesarios, una vestimenta adecuada y puede llegar a consumir drogas. Así mismo, el
indigente muchas veces se encuentra en un estado de marginación social, donde
el apoyo y colaboración del estado y la sociedad son totalmente nulos. Los habitantes de la calle tambien son afectados negativamente por los elevados índices de desigualdad.
Debido a esto, muchas personas habitantes de la calle solo pueden sobrevivir
gracias a la caridad o las limosnas que consiguen.
Sin embargo,
existen diversos países en Latinoamérica que cuentan con diferentes programas de ayuda al
indigente, que son manejados por organismos de control. Estos programas procuran garantizar a estas personas el cumplimiento de sus derechos fundamentales, como la vida, la seguridad, la
igualdad, la libertad, entre otros. Estos organismos constituyen una importante base dentro de la
sociedad, ya que allí, las personas que carecen de hogar, pueden limpiar sus
cuerpos, recibir un alimento balanceado, rehabilitarse e incluso estudiar. sin embargo, el éxito de estos tambien depende de la disposición de las personas sin hogar a participar de ellos.
Otro problema
grave presente con respecto a la situación de indigencia en el continente, es
la falta de tacto e intolerancia con la que se trata a muchos, por no mencionar
a la mayoría de los habitantes de la calle. No debemos olvidar que estas
personas son seres humanos, así como ciudadanos del país que tienen nuestros
mismos derechos. Algunas veces podemos llegar a pensar que los mismos indigentes
son los culpables de su precaria situación, y aunque a veces esto es cierto,probablemente nunca podremos llegar a saber lo que pudo pasarle a estas persona en su vida. Así mismo, muchas veces la mayoría de
ellos desean cambiar y tener una vida digna, feliz y diferente, pero
sienten que no pueden por miedo a nuestra propia sociedad, así como a los posibles estereotipos
a los que deberán enfrentarse una vez las otras personas se enteren de su situación, o porque simplemente no se les da la oportunidad, principalmente por la falta de presencia de su
gobierno o estado. En conclusion, el sentido de la sensibilización con estas personas es casi inexistente, y debemos dejar de
pensar primero en nosotros y comenzar a pensar más en los demás.